Aún así, no se puede negar que el oficio de evitar goles, parado entre los 3 palos, también está cargado de un toque de hermosura y mucho arte, y que es parte integral y fundamental de cada partido que nos sentamos a disfrutar.
Con esta breve introducción, que mejor forma de homenajear a los guardametas que recordando al que es considerando el más grande en haberse calzado un buzo y unos guantes: Lev Yashin.
Nacido en el frío de Moscú en 1927, se vió obligado a trabajar desde pequeño en una fábrica de herramientas debido a que la mayoría de hombres estaban en el frente de batalla de la Segunda Guerra Mundial. Es precisamente en esta fábrica donde a los 14 años fue descubierto y empezó a atajar en el equipo de hockey sobre hielo.
Un adelantado a su época, fue el primero en jugar de arqueo “líbero”. Contaba con unos reflejos impresionantes y ejercía un liderazgo absoluto dentro de la cancha. Se dice que paró más de 150 penaltis a lo largo de su carrera con el Dinamo de Moscú y la Selección de la Unión Soviética, y también se dice que nunca salía a jugar sin antes fumarse un cigarrillo y tomarse un vaso de vodka para templar los nervios.
Apodado “La Araña Negra” gracias a sus extraordinarios reflejos y seguridad, además de la costumbre de siempre atajar vestido totalmente de color negro; Yashin fue alimentando su mito con extraordinarias atajadas y hazañas como la victoria con su selección en la primera Eurocopa, allá por el año 1960 o la medalla olímpica en los juegos de 1956.
Tras su muerte en 1990, la FIFA instauró el premio Lev Yashin al mejor arquero de cada campeonato mundial, entregado a partir de la copa de Estados Unidos 94, y en 1998 fue elegido por una mayoritaria votación como el arquero del 11 ideal del siglo XX.
No podemos dejar de mencionar además que Yashin es, hasta el día de hoy, el único arquero en haber sido galardonado con el Balón de Oro Europeo, premio que gano en 1963, y que ningún otro guardameta ha podido igualar.
Sin lugar a dudas, un revolucionario del área chica, un hombre que dió brillo a una posición que suele no tenerlo, un arquero como nunca antes se había visto, y como quizás nunca se volverá a ver, el inigualable Araña Negra Lev Yashin.