Yashin nació el 22 de octubre de 1929 en Moscú en una familia obrera. Cuando el pequeño Lev tenía 7 años apareció en las pantallas la película El Portero, basada en la obra El Portero de la República del escritor ruso-judío Lev Kassil y que muy pronto se convirtió en una de las producciones más ejemplares para los niños. El fútbol, en ese entonces, no era simplemente un deporte, era un juego heroico, romántico y muy atractivo. Quizás estas dos razones impulsaron a Lev a seguir el camino que más delante le traería muchos éxitos y también algunos fracasos.
El debut difícil
A los diecisiete años empezó su afición al fútbol, cuando tuvo que reemplazar a un portero. En 1949 ingresó al club Dinamo de Moscú, donde jugó durante toda su carrera. Fueron 22 temporadas históricas en el club moscovita.
Pero su comienzo en el equipo moscovita en partidos profesionales de fútbol fue duro. En la primera mitad de 1949, el Dinamo disputaba un encuentro amistoso frente al Tráktor de Stalingrado (actual Volgogrado). El portero del Tráktor rechazó un balón que llegó hasta el área contraria y cuando Yashin se disponía a atrapar el balón chocó con su propio defensor. La pelota pasó traicioneramente por el arco. Sus compañeros de equipo no podían contener la risa.
Un año más tarde, en un partido importante contra el Spartak, Yashin tuvo que sustituir al portero titular que no podía jugar por una lesión. Las rodillas del joven portero temblaban y todo terminó en una fatalidad. Yashin volvió a chocar con otro defensor y un jugador del Spartak, lo que posibilitó el empate de los rojiblancos. Cuentan que luego del partido un policía ingresó a los vestuarios del equipo y ordenó quitar a ese “mocoso” de su vista, y como consecuencia de esto tuvieron lugar casos de intervención de funcionarios del OGPU en los asuntos internos del club, cuando la reputación del club podía menoscabarse).
Hasta 1953 Yashin estuvo sentado en el banquillo de los suplentes pero le dieron una oportunidad en un partido que su equipo iban ganando 4–1. Luego de ingresar, el marcador rápidamente se convirtió en 4–4. Pero para suerte de Lev, en los últimos minutos los del Dinamo lograron ponerse subir el marcador hasta 5–4. Tras la decepción Lev se fue a jugar hockey sobre hielo e incluso pudo conquistar con el Dinamo la Copa de la URSS. Pero este periodo de su biografía terminó muy rápido: el fútbol lo esperaba.
Hasta la cumbre de la gloria
Ya a mediados de los años 50 se convirtió en el mejor portero de la Unión Soviética. Tal nivel de juego lo adquirió gracias a los duros entrenamientos que tenía con su entrenador Alekséi, “El Tigre”, Jómich. La cantidad muy pronto se convirtió en calidad.
Yashin atajaba con clase y calidad, contrariamente a lo que se veía en aquella época. Incluso se atrevía a abandonar su portería para cortar alguna jugada de ataque del equipo contrario. El crecimiento de Lev influyó también en el desarrollo del fútbol en el país en general.
En cuanto a su apodo, a Lev Yashin lo llamaban “la Araña Negra” debido a que en los partidos siempre usaba una camiseta negra de mangas largas, y además por sus largos brazos.
Con Yashin en el arco, la URSS conquistó el oro en los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956 y la Copa de Europa en 1960. Disputó tres Copas del Mundo: en 1958 en Suecia, 1962 en Chile y 1966 en Alemania, donde consiguió con su selección el cuarto lugar, tras perder frente a Portugal en el partido por el tercer puesto.
A lo largo de su carrera fue además reconocido en once ocasiones como el mejor guardameta del país. Fue pentacampeón de la liga soviética y tricampeón de la Copa Soviética. Sumó un total de 326 partidos liga jugados, de los que 270 terminaron sin que su portería fuera abatida. El año 2000 fue nombrado por la FIFA como el mejor portero del siglo XX.
El mundial fatal y el partido salvador
En el Mundial de Chile la URSS perdió por 2–1 en los cuartos de final contra el equipo local. En aquella época la televisión no transmitía los partidos de fútbol y la versión de los periodistas soviéticos, que decía que los dos goles convertidos por Chile fueron culpa de Yashin, se esparció como un reguero de pólvora por todo el país.
Presionado por la gente, el guardameta decidió retirarse del fútbol y se fue a vivir a su casa de campo. Sin embargo, un día decidió volver y, para mal de los que lo criticaban, lo hizo de la mejor manera. Jugó tan bien que fue premiado con el Balón de Oro como el mejor futbolista de Europa en 1963, siendo el único portero que ha recibido tal galardón.
A principios de los años 60, Lev Yashin se convirtió en uno de los ciudadanos soviéticos más reconocidos en el mundo. En 1963 fue invitado para jugar un partido dedicado a los 100 años del fútbol inglés, en compañía de grandes figuras como Ferenc Puskás, Di Stéfano, Raymond Kopa y Eusébio.
El estilo de Yashin
Si hablamos de su estilo de juego, uno de sus compañeros en el Dinamo, Valeri Máslov, asegura que Yashin sabía leer el juego. “Hay muchos porteros que saltan muy bien, con buena técnica y una increíble reacción. Todo esto también lo tiene él, por lo menos cuando está libre de lesiones” dice.
“Pero además de eso, Lev Ivanovich Yashin sabía cómo anticipar una situación de juego. Nunca jugó para el público. Prefería ocupar un buena posición bajo los tres palos y gracias a eso atrapaba balones que a simple vista parecían difíciles” cuenta Máslov.
“Podía avisar a tiempo a los defensores hacia dónde correr, a quién cubrir, y a quién dar el pase. No lo pensábamos ni un segundo, hacíamos todo lo que él nos decía. En el campo era como un entrenador que juega” enfatizó el ex futbolista.
"Gracias, público”
Su partido de despedida, el número 813, se disputó el 27 de mayo de 1971, entre la selección de la sociedad soviética deportiva del Dinamo y el equipo del “Resto del Mundo”, donde destacó la figura del portugués Eusébio da Silva Ferreira, el inglés Robert Charlton y el alemán Gerhard Müller, quien a pesar de sus constantes intentos de marcar a Yashin, nunca pudo anotar.
Al final del partido Lev Yashin se sacó sus guantes y se los entregó al arquero de la Selección Uruguaya y de Peñarol de Montevideo: Ladislao Mazurkiewicz (considerado como el mejor arquero del continente americano), a quien Yashin le dijo: “Tú serás mi sucesor”.
Luego se dirigió a las pobladas tribunas del estadio Luzhnikí y sólo pudo decir una corta frase: “Gracias, público”. Yashin colgó los guantes como un héroe nacional. En el paseo de la fama del estadio Luzhnikí se encuentra un monumento dedicado al gran futbolista.
Lev Yashin murió el 20 de marzo de 1990 tras una intervención quirúrgica a causa de un cáncer de estómago. Su recuerdo no se perderá nunca en Rusia donde, a pesar de los cambios políticos vividos por la ex Unión Soviética, para todas las repúblicas surgidas de esa federación, siempre sería un punto de unión deportiva. Así, las autoridades de Moscú decidieron levantar una estatua al legendario futbolista ruso, por considerarle uno de los mejores de todos los tiempos.
Hoy, la prensa deportiva suele decir que el fútbol de ese entonces “envejeció”, pero echándole un vistazo a algunos videos de aquella época uno se da cuenta de que lo que afirman no es completamente correcto.
Muchos expertos y colegas de Yashin mencionan que la manera de juego de Yashin era muy moderna. Recordemos como hablaba de los errores de los porteros: “Qué clase de portero se es, si no se reclama a sí mismo por el gol que le han hecho. Está en la obligación de reclamarse. Si no le importa, entonces, es su final. Haya tenido el pasado que haya tenido, ese portero ya no tiene ningún futuro”.
Es bastante simbólico que los últimos días del famoso portero hayan coincidido con la agonía de la URSS. Su muerte fue un punto final en el fútbol soviético y comenzó otro periodo de la historia del fútbol ruso. Un periodo de ausencia de victorias deportivas, pero ¿quién sabe? puede ser que los éxitos de Yashin inspiren a los actuales jugadores para nuevos logros.